viernes, 30 de diciembre de 2011

Buenas tardes

Buenas tardes a todos.
Soy Ana Fdez-Vigil, estudiante de 3º de Pedagogía y Magisterio en la Universidad de Navarra. De momento en esta primera entrada "post-obligatoria" voy a intentar explicar un poco quién soy y qué va a ser este blog.
Tengo tantas ideas en la cabeza que soy incapaz de escoger una por la que empezar. Vamos a intentarlo.
A la pregunta ¿quién soy? traté de responder en la primera de mis entradas "obligatorias". Me deje muchas cosas en el tintero así que tengo la intención de escribir algo más sobre mí. No pretendo que otras personas me conozcan a través de la lectura de mis textos. Más bien es un intento de autoconocerme más y mejor. A veces esa velocidad que llevamos hace que ni nosotros mismos sepamos describirnos y creo que no hay nada más triste que no conocer a la persona con la que más horas pasas al día: tú mismo. Mis primeras experiencias escribiendo han resultado muy enriquecedoras en este sentido por eso tengo la intención de seguir profundizando en ellas.
En cuanto al blog: ¿qué es?¿qué debe ser?¿qué quiero que sea?¿qué puedo hacer que sea?¿qué va a ser? NI IDEA. Con decir que me he liado escribiendo todas esas preguntas creo que queda claro la escasa planificación con la que cuenta el blog.
El título ("Minutos sueltos") lo he escogido porque tengo la certeza de que cada minuto de tiempo es oro. Está claro que hay minutos de la vida inolvidables y que marcan toda una vida: se tarda un minuto en decir ante el altar "sí, quiero", se tarda un minuto en firmar una hipoteca, se tarda un minuto en recoger el diploma de licenciado (¡perdón!, graduado), se tarda un minuto en escoger el nombre de un hijo, etc. Pero, ¿qué pasa con todos esos minutos que no son recordados?¿son acaso menos valiosos? Yo creo que no, ahora bien, ¿cómo hacer que no caigan en el olvido?¿cómo aprovechar esos minutos que nos quedan "colgados"?Hay multitud de respuestas. Haciendo un pequeño guiño a un anuncio de hace unos años, podemos decir que hay respuestas para los vagos (ver la tele), para los cultos (leer un buen libro), para los deportistas (hacer algo de ejercicio), para los simples (tumbarse a ver la vida pasar), para los complicados (aquellos a los que se les ocurre un abanico tan amplio de posibilidades que desperdician esos pocos minutos únicamente en pensarlas), para los agobiones (parecidos a los anteriores pero que emplean sus minutos en agobiarse pensando todo lo que tienen que hacer en los minutos ocupados), para los amantes de la comida (tomarse un pinchin,unas galletinas,  un bocadillin, unas patatinas o cualquier otro exceso culinario que, al acabarlo en in/a parece menos "grave"), y millones de respuestas más que no viene al caso enumerar. La mía solía ser la de los agobiones. Soy de las que andan por el mundo estresada por todo lo que tengo que hacer y, cuando no hay nada que hacer, me estreso por estar desperdiciando el tiempo que en otros momentos tanto necesito. Diagnóstico: estres crónico o drogodependiente de las tareas. Sin algo que hacer me vuelvo loca. No existe remedio a largo plazo para esta grave enfermedad. Sin embargo, a corto plazo, la cura es sencilla: atarearse, es decir, buscarse algo que hacer. Y este es el propósito de este blog. Resumiendo todo lo anterior en una sola frase, puedo decir que el fin de este blog es el de, cuando no tengo nada que hacer, proporcionarme tarea y dotar de valos esos breves minutos del día a día.

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